martes, 17 de marzo de 2009

D.J Juanito - Música Seleccionada -

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DISCOGRAFIA SUNSHINE

martes, 3 de marzo de 2009

SUNSHINE RECORDS -D.J Juanito-

Orígen del ideal SUNSHINE...


Reportaje a una generación invisible: Segunda Temporada.




¿Cuál fue la última ocasión que escuchó sobre la expresión "música House"?, y si sabe cual es el significado, ¿cuál fue la primera canción que escuchó?, o mejor aún, probablemente si logra recordarlo usted hace parte de esa generación invisible, aquella no identificada con letras como X, Y, Z etc, aquella que es invisible por carecer de una letra, pero no de un símbolo, de una identidad y de una felicidad colectiva experimentada.

Estamos recorriendo el inicio del año 2009, y la generación invisible en Colombia puede recordar con relativa facilidad el año 1982, si hace cerca de 27 años, los primeros sonidos de la música House comenzaron a dejarse oír en un Club llamado "Stardust", ubicado en la calle 134 con carrera séptima en lo que hoy es una estación de servicio de gasolina, de la mano y los vinilos de uno de los primeros D.Js que como pinchadiscos tuvo Bogotá: Manuel Góngora.

Entre el sonido Disco de Salsoul Records y las míticas canciones en vinilo 12 pulgadas de Donna Summer los primeros acordes y secuencias de música House aparecieron tímidamente sin dejar mayor rastro que estas líneas que puedo escribir ahora. Mientras eso sucedía aquí, en Chicago se gestaba lo que en palabras de Frankie Knuckles, padre de este género era "la venganza de la música Disco", o según Jesee Saunders, primer D.J reconocido por prensar la primera canción de música House, "esta música hará temblar al mundo".

Y no solamente logró ese objetivo, en Bogotá sin más sentido de sonar sin parar inició su camino por una senda desconocida para muchos, por lo tanto invisible:

se propaga con frenesí en 1984 por la calle 116 con carrera 15, en locales que hoy albergan restaurantes modestos y comercio, bajo el nombre de clubes que esta generación invisible conoció como "Topsy" y "Cabaret".

Allí nació verdaderamente la cultura de club de Bogotá, en medio del sonido Disco, la música High Energy europea y los bajos melódicos del Funk. Llegaron a ser en extremo populares y comentados como para ser publicitados en la revista Diners con derecho a una página entera, y fotografía full color con muchas personas simulando o al menos creer que estaban en "Studio 54" en New York.

NEW ORDER 1988


La generación invisible también estuvo en otro lugar de grata recordación entre 1985 y 1986: "Non Plus Ultra", para muchos la meca pre-hedonista del VIH en Bogotá, un local ubicado en la calle 73 con carrera 14, único en su estilo abriendo inclusive los domingos en la tarde al mejor estilo de Chicago y New York con lo mas selecto de la electrónica de aquellos tiempos, o con el tan recordado "Blue Monday" de New Order en la voz de Bernard Summer, y el himno "Tour de France" de los inolvidables alemanes Kraftwerk.




Por esa misma época este género musical no era reconocido como "House", es más, Frankie Knuckles como progenitor no la llamaba así, era un estilo de vida entre la música Disco, el Punk británico, y el Hip Hop más brutal, era un híbrido, un engendro poco común fastidiado por la policía de cada ciudad donde sonaba, un crisol de drogas sintéticas provenientes de los años 70, y un primer símbolo: sonríe.

Mientras Chicago y New York hervían con fiestas demenciales en Studio 54, allí comenzó Madonna su carrera, Paradise Garage con la leyenda de Larry Levan quien era casi un dios por sus mezclas, o Ron Hardy en Music Box y su bajo tan potente que llegó a romper varias veces los muros de este club, en Bogotá la generación invisible adoptó muchos símbolos de felicidad y entre ellos el reconocido "Smile".

Smile es la cara feliz, sonriente, amarilla sin más referencia que la sugestiva frase:" no necesitamos de un motivo para tener una fiesta". Un símbolo inventado a toda velocidad mientras Harvey Ball un vendedor de seguros americano desayunaba agobiado por su pobre rendimiento de su trabajo en 1963 en su casa, y su esposa pintó en una servilleta una cara feliz, que luego se convirtió en uno de los iconos más poderosos de la industria mediática de todos los tiempos.

Los fanáticos de la música House lo colorearon de amarillo, lo identificaron con la felicidad generada en las fiestas y llegó a Bogotá en 1988, a los colegios principalmente, alimentando el surgimiento de la segunda ola de invisibles: los que no entendíamos el metal, nos aburría el punk, no asistimos al Concierto de Conciertos porque estábamos "felices y celebrando sin motivo" y si, con los primeros colores ácidos en la ropa.





Este fue el comienzo de identificarse con algo, y si usted no lo reconoce aún es porque todavía es subterráneo, no comercial, aborrecido por las súper estaciones radiales de Bogotá a finales de los 80 porque eso "no es música", sin embargo hoy se conceden Grammys a producciones con estas composiciones.

Ese fue el comienzo y el inacabado final de donde surgió el "Acid House" en Bogotá, la música House ya no era exclusividad de grandes clubes, estaba presente en los walkmans de cassette, en los colores ácidos o fluorescentes, y en los primeros tornamesas Technics 1200 MK2 que muchos comenzaron acariciando con vinilos de D.J Pierre, Bomb the Bass, A guy Called Gerald, Move your Body del legendario Marshall Jefferson o el himno "Good Life" de Inner City.



En ese punto del tiempo el mundo estalla de cambios, revoluciones casi pacificas, se ve caer el muro de la infamia, es cuando la isla de Ibiza se transforma en la tierra prometida: música House todo el día, en la playa, en el club "Amnesia", con el D.J Alfredo, y aquí en Bogotá , en medio de la guerra eterna, de las explosiones y sus víctimas inocentes, la generación invisible estaba de fiesta... ¿no se bailaba e 1942 con la música de Glenn Miller?, ¿no bailaron en Woodstock, mientras Vietnam era un caos?.

Y de esa celebración sin motivo surgieron D.Js bogotanos como Fabio Alzate, Wady, Jimmy Ramirez, y Giovanni Mathaeux, en Todelar Stereo, hoy la X y su programa de fin de semana en las noches: "La Máquina del Ritmo", y "Mega Mix" quienes podían ser comparados con lo que sucedía en Chicago con la emisora de radio WBMX: Stevie Jammin, Ralphie Rosario, o la aparicion de David Morales en The Tunnel en New York.




La generación invisible también estuvo el 15 de junio de 1991 en el estadio El Campin en el concierto de BlackBox, y un año después, allí mismo, cantaba al unísono con Kurt Harland de Information Society su canción “Whats on your Mind, Pure Energy”.

Si aún no reconoce a estos D.Js bogotanos, y a estos artistas es porque pertenecieron a esa generación invisible, y se convirtieron en patriarcas de todo el movimiento electrónico desde el House, pasando por el Techno e inclusive el Drum & Bass.

Desde 1992 surgen clubes como "Discovery" en la calle 36 con Avenida Caracas, "Cinema","Up and Down", “Roxy” y "Morroco" bajo la idea de Nano Pombo, a quien puede compararse con James Palumbo, el creador en 1987 de la institución electrónica "Ministry Of Sound", una de las más importantes del mundo.



Hasta 1995 nadie podía hablar de la existencia de una escena electrónica en Bogotá, aún era invisible, y cuando podía realizar conferencias o seminarios de música electrónica o House en universidades, la respuesta tenía carácter de indiferente o inclusive de aguda crítica. Ya no existían los colores ácidos, pero si se mantenía el pensamiento común, el smile y una identidad.

El salto decisivo pero no fundamental para que la generación invisible tuviera eco se presentó desde 1996 cuando BMG Ariola Colombia con Gabriel Odin Robayo decidieran crear la serie "Aguja y Vinilo" y desde entonces más personas se unieron a la tercera ola de la generación invisible: la música electrónica en todas sus vertientes entró a las universidades bajo el titulo masivo de música "Trance".

Era la época de los superclubes en Europa: MoS, Gatecrasher, Cream, Tresor, Space y el mítico y demencial "Love Parade" en Berlin, que ya contaba con una asistencia superior al millón de seres vivientes bajo un solo lema bailando y gritando: "no necesitamos un motivo para hacer una fiesta".

"Aguja y Vinilo" se convirtió en el referente obligatorio para la escena electrónica bogotana, pero el paso fundamental para crear la escena no se dio hasta 1996, cuando en la alcaldía de Antannas Mockus se crea "la ley Zanahoria", una copia exacta del modelo represivo británico de finales de los 80 con el cual se imponía una prohibición total a las reuniones o fiestas de todo tipo hasta determinada hora de la noche. Este fue el catalizador, el detonante definitivo para estigmatizar como proscrita y prohibida la escena electrónica bogotana, así, una vez mas continuaba como una generación invisible, pero ahora escondida.

El contraste más notorio de esta situación se puede comparar con lo sucedido en 1989 en Trafalgar Square en Londres: miles de personas de la escena Acida House salieron a protestar masivamente, obstaculizando el tráfico automotor y apoyando la escena electrónica, en Bogotá nunca ocurrió nada parecido, pero se popularizaron las fiestas en clubes que no lo eran, en hoteles, casas privadas y cuanto lugar posible como hangares o bodegas pudieran existir.

El caracter de prohibitivo catapultó la escena hasta eventos de 10 mil personas: Ministry Of Sound Tour 1998, 12 de septiembre, y la explosión total hacia el 2000 y 2001 cuando Colombia y Bogotá pasaban por la peor crisis económica de toda su historia: Paul Oakenfold 11 de noviembre, "Música en Movimiento", primer programa de televisión con D.J Charly, un hijo D.J de la segunda ola invisible. Así continuaban las fiestas sin motivo mientras Bogotá se sumía en la crisis económica.

Hoy y después de miles de horas de sonido electrónico, para muchos seres visibles esta generación aún está estigmatizada, baila sin razón, celebra sin propósito, vive según el día y la hora, parece no tener destino, y para muchos no tiene futuro. Eso pasó con la generación Beat de Keourac, la psicodélica de Jim Morrison y Jimmy Hendrix, la glamorosa de Donna Summer, y... ¿Recuerda la primera canción de música House que escuchó?, de seguro hoy la oye en comerciales de televisión y radio, hace parte de la industria publicitaria de grandes marcas nacionales, pero aún pertenece a esa generación invisible que busca un espacio en la historia de Bogotá, en la de este circo electrónico.


TOUR DE FRANCE
2003